Ingeniería

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A Verónica Santiago

 

Hablo como un empresario. Considero necesario hacer un llamado a las autoridades correspondientes. Me presento ante ustedes como culpable del accidente fatal ocurrido. Ayer, la muerte de un trabajador podría ser el resultado del aumento a la tendencia de compra de maquinaria de empresas. La empresa mexicana Mecatrónica Ámbar se dedica a la reparación de maquinaria industrial. En épocas recientes, ha tenido que comenzar a tratar con máquinas de manufactura de menor calidad como las provenientes de China o de los Estados Unidos. 

El ingeniero en electrónica, Cristian Jesús Nazareno de Dios, considera un problema reparar esa nueva maquinaria, porque según sus palabras es un esfuerzo que muy pronto acumulará múltiples fallas, derivadas de una mala fabricación. Las primeras máquinas a las que les dio servicio eran checoslovacas, yugoslavas y de la Alemania oriental. Los materiales de construcción eran tan resistentes como los tanques que seguramente desmantelaron para hacerlas. Estas máquinas siguen siendo útiles y están dentro de un promedio de vida de treinta cinco años. Las máquinas actuales son desechables en quince años.

       La empresa estaba pasando por un mal momento económico; esto obligó a dar servicio a un torno de origen chino, en nuestras instalaciones. El motor que mueve el eje Z no tiene ningún contrapeso; usa un sistema de freno en el motor se activa al no tener corriente y se libera al encenderse. Este sistema evita que, al apagarse la máquina, el eje Z caiga por su peso. Es una práctica común, detener con unos polines de madera el eje Z en la parte donde se pone y se quita la herramienta, cuando se repara el motor para evitar la caída de esa parte. En esta ocasión no había necesidad de hacerlo, pues la falla trataba de un sobrecalentamiento en el motor del eje X, localizado en la zona del maquinado. Necesitábamos ver el calentamiento; encendió la máquina para tocar al motor; al hacerlo, el freno mencionado falló y se energizó dejando caer su peso sobre el cuerpo del ingeniero.    

       La maquinaria europea tiene restricciones y medidas de seguridad para que eso no suceda, pero su costo es tres veces mayor que una máquina china o americana. Me admito culpable de esta negligencia. Y solicito mi aprensión para declarar sobre los hechos. La informalidad con que me atrevo a escribir este texto servirá para tener la constancia de mi llamado a mejorar la calidad del entorno de nuestros trabajadores.

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