Sé que esto no es real. Tengo otra vida, sustentada por tubitos que nos alimentan Gravedad bajo las alas traseras de una dimensión que ignora nuestra historia, que nos escupe y nos reabsorbe con la misma intención que nosotros al hacer el intercambio de gases, al invertir la imagen plasmada en nuestras retinas, al igual que nuestro carruaje de membranas, frágil e inocente, responde a lo que perciben sus aparentes cinco ejes con los contenidos de esta Esfera interna en la que ahora te encuentro… Siento mis ojos buscándote, moviéndose inquietos detrás de mis párpados. La comunicación es en dos sentidos: saben que vemos, pero no lo estamos haciendo a través de ellos, pues solo saben ver con luz.
Y eso es lo que me preocupa, pues desconozco el tipo de tú que seas. Si eres el tú que conocí, o el tú que realmente eres.
Y no quiero saberlo, pues en esta Esfera solo he visto con memorias. Pero te sientes tan real, incluso más que cuando mis otros brazos, los que se cansan y duelen, se lanzaban a abrazarte.
Y quizá no sea verdad, no en el sentido que te pueda proponer como un hecho entre las callosas manos del método científico, pero si en que te siento con memorias, que tu cuerpo esta hecho del cariño que te tengo, y que incluso sin la presencia de una luz, sin el pasar del tiempo, realmente te veo aquí, aquí conmigo…
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