
Espero encontrarte al final,
pero no me refiero al final de nuestras vidas,
así ya no tendría sentido encontrarte.
Espero encontrarte al final de mis días,
cuando llegue de trabajar o de hacer cualquier cosa mundana,
y que me recibas con un beso.
Espero encontrarte al final de mis madrugadas,
a un costado de mí, cuando aún permanezcas dormida.
Espero encontrarte al final de los andenes,
cuando tú o yo regresemos de algún viaje;
pero eso todavía es en un futuro distante.
Así que, espero encontrarte al final de este infierno,
ese mismo infierno en el que te perdí.
Espero encontrarte de nuevo, y me concedas estar contigo,
para que después de eso, te pueda encontrar al final,
al final del día cuando el atardecer aparezca,
al final de ese atardecer cuando las estrellas iluminen el cielo,
al final de ese anochecer cuando el sol se asome,
al final del otoño, para que me des calor en el invierno,
al final del invierno, para disfrutar contigo la primavera,
al final de la primavera, para gozar en verano los días lluviosos,
al final del verano, para conmemorar a nuestros difuntos en otoño,
y de esa manera abrazarnos en el ambiente melancólico de las hojas caídas.
Quiero encontrarte en cada final,
para que estés conmigo en cada comienzo.
Pero si no te encuentro, al final me esperarán las líneas de este poema,
recordándome, que de alguna u otra forma, al final te vuelvo a encontrar.
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