Se dice que un silencio habla más que mil palabras, pero el mío parece no decirte nada. Detrás de todos los «te quiero» ahogados en mi garganta, de cada lágrima que derramó mi mirada regando la semilla de tu olvido y de todas las noches transcurridas desde mi partida, solo queda una esperanza en agonía, un deseo en lo más profundo de mi corazón: que de un momento a otro por fin te des cuenta de mi profundo sentir hacia ti, del fervor con el que te extraño, y entiendas que lo único que busqué siempre fue un poco de tu calor. Tengo muy claro que mi error fue enamorarme y que esta despedida sólo a mí me apuñala de dolor. Sé que tu brillo no se apagó, que en tus pensamientos y en tu tiempo no aparezco. Honestamente, estoy muy molesta, pero no contigo, hasta ahora no he descubierto la forma de sacar de mis entrañas un sentimiento negativo, el enojo es conmigo, por dejarme arrastrar hasta aquí, por no haber tenido el coraje de escapar y no ser feliz con tus migajas.
Quisiera arrancarte de mi historia, de mis sueños, de mis letras y de todos los detalles en que te apareces.
Sé perfectamente que detrás de ti siempre irá mi recuerdo, que en algún momento apareceré, sin que me busques; sin que te des cuenta, sentirás, no sé si con arrepentimiento, con alivio o con burla, las marcas que dejé con mis labios y las miradas que siempre delataban el inmensurable amor que por ti sentí. Será quizás una tarde de noviembre, sentado en una banquita de Santiago, o tal vez en una noche de enero, recostado en tu sofá. No pretendo que te arrepientas de no haberme pedido que me quedara o de no haberme buscado. Tal vez hoy no entiendas el motivo de mi ausencia o, tal vez, simplemente ni siquiera extrañes mi presencia, lo único que siempre tuve claro fue tu inmensa indiferencia, tus constantes cambios y la incertidumbre que siempre me dio tu forma de ser conmigo.
Aún te amo, no miento, pero me alejo porque intento leerte entre líneas y lo único que logro descifrar es un adiós sin palabras y un respiro en tu vida por haberme ido de ella. No sé si volveré a saber de ti, si ahora somos extraños con algunos recuerdos o si solo soy una página a medias en tu libro, pero sí sé que entre tus recuerdos, para bien o para mal, este corazón, te encontrará al final.
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