
No fui a tu encuentro, el miedo me tenía sujetada
tampoco te abracé cuando vi el mar en tu mirada
no fui capaz de sostenerte
no grité el odio que sentí, me lo tragué, me trago a mí.
Te dije que no, cuando moría por el sí
no dije basta, porque no conocía los límites de tus manos.
No lloré porque me enseñaste a romper, a quebrar, a destruir.
Acepté tus disculpas porque no sabía cómo dejarte ir
te sostuve en medio de mi dolor
te perdoné debajo de la lluvia de mi piel
no me fui como la mujer digna tras un engaño
no me levanté con fuerza una mañana resplandeciente
no fui tantas cosas
fui otras más.
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