Sin escapatoria

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El Amor salió de la jaula tambaleante y Tiempo la sostuvo cuidadosamente.

—Hola Oram, me alegra mucho verte, lamento lo que te hizo Eternidad, pero ¿nos podrías ayudar?

—Todo se siente extraño. ¿Qué pasó?

—No podemos encontrar a Eternidad y tampoco a Muerte; hay una zona que resuena con el eco de su presencia, pero es muy grande.

—Mnh… Suena difícil. Por cierto, Eternidad no me hizo nada, salvo liberarme de Vida, deberían dejar de culparse unos a otros y hacerse responsables de lo que les corresponde.

Tiempo se retorció con incomodidad pero asintió solemne.

—No sabemos exactamente qué ocurrió, pensamos que Eternidad atrapó a Muerte, pero no parece ser una cosa suya y Muerte ya estaba tan débil como yo cuando eso pasó.

—Mnh… 

Oram miró sus manos y siguió a Tiempo como si tuviera, vaya… todo el tiempo del mundo. 

—El corpóreo de Sabiduría, Teo, ¿ya encontró a la Growl adicta?

—Sí, han estado peleando por años y varios mundos, casi no lo logran, él se distrajo por un eco de su antigua novia, pero la merodeadora y el detective, la persiguieron entonces. 

Oram sonrió

—Eso es bueno, Colín, al final siempre vuelvo a reunir a los que se están buscando. El amor es lo más cuántico y eterno que poseen los corpóreos pero creo que nos afecta a nosotros también. Te ayudaré y los encontraré por ti, aunque tengo la impresión de que ni tú ni él se están buscando más…

Tiempo retrocedió confusa y siguió su estela en silencio.

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