¿Cómo es?

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Es como quedarse en el precipicio viendo el atardecer, y sin volver a casa para cenar. Es como quedarse pensando en la novia o en los árboles mientras comienzan a caer las primeras gotas de lluvia, sin moverse. Es como dejarse llevar por la corriente de un río al que jamás hemos entrado, y al que jamás entraremos, porque no hacemos nada de lo que nos imaginamos. Es como dejar una frase a medias. Es como… Es como ponerse a imaginar y no ser capaz de imaginar nada. Es como recordar. Es como observar los rosales crecer y morir con los ojos cerrados, sin cortarlos ni regalárselos a la mujer amada. Es como escuchar fantasmas murmurar nuestro nombre bajo el agua. Es como olvidar. Es como soltar frases ambiguas en el papel y al final no poder decir nada. Es como figurarse un mundo nuevo. Es como balbucear. Es como escribir y reescribir y reescribir. Es como quemar siglos enteros de poesía dedicada a Delia. Es como hablar con precisión siendo mudo. Es como escaparse, salir corriendo, sentir el helado soplo de la noche y de los años en la cara, viendo cómo se nos llena de nieve el copete, y al final quedarse en un cuarto, pensando. Es como ver pasar la vida sin intervenir, como leer a De Noailles o a Onetti. Como sentir el primer beso. Como dar el último. Como quedarse sin palabras. Y hacer frases. Cada vez. Más. Cortas. 

Es como morir dans la buée ardente de l’été.

Es…

Es.

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