En el final, te amaré

pexels-frank-cone-4895721-scaled-thegem-blog-default

Hace tiempo que quiero escribirte este cuento y simplemente no sé cómo o de qué manera hacerlo. El problema no es comenzar, sé completamente de qué va la historia, aunque por  momentos todo se vuelve caótico y… es cuando ya no entiendo para dónde. 

No soy un alquimista que con esos dos elementos pueda transmutar un homúnculo de amor; hago el intento, quizá lo pueda lograr. Como dos piezas que no encajan perfecto. 

Cometas —tachoneo un par de veces—, son dos y están a punto de colisionar. Cuando dos fuerzas se encuentran, a diferencia de los planetas que se alinean, tienden a destruirse mutuamente o eso es lo que se cuenta. Ese es el amor, una serie de encuentros y desencuentros, choques, colisiones y alejamientos.

Los cometas se mantienen en el espacio, trazando su propia ruta y como dice aquel poema: en el infinito las paralelas se vuelven secantes; ambos cometas pronto colisionaran. —Sigo imaginando mientras releo cada frase, paladeando por si alguna se me escapa, me detengo por un momento, alzo la mirada buscando una estrella que me guie y es cuando vuelvo a esos dos cometas, cada uno en su extremo—.

Son dos cometas y en algún momento tendrán que chocar. Cuando se encuentren ambas fuerzas habrá dos caminos: o se destruyen mutuamente o en una especie de danza dragonica logran entrelazar sus fuerzas en una perfecta espiral de energía cinética. Una danza de flama azul y flama roja ardiendo en el infinito.

Así lo imagino, todo el tiempo en intrínseca suspensión a ambos trozos de energía y materia, si tan solo pudiese descomponerles para terminar mi historia. Si tan solo pudiese terminar; de alguna manera, dejar de extrañarte… 

Un cometa comienza su trayectoria sin rumbo, su alquimista descompone cada uno de sus elementos buscando la chispa que dé vida a este encuentro. En el otro extremo un cometa en dirección contraria mantiene su curso sin variable alguna. Se ponen en marcha. En el espacio,  el tiempo pasa o demasiado rápido o demasiado lento y por ello solo queda esperar a que se encuentren. Al final lo que quiero contarte es que te amo, que no encuentro palabras, que se me escapan como liebres, que somos dos cometas a punto de colisionar y no sé en qué pueda esto acabar. 

0

Dejar un comentario

X