Las cosas que no hacemos

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Las palabras que voy a escribir aquí no obedecen a un estudio sistemático de la gramática, ni a un orden lógico/congruente que hile mi narración. Mi único fin es expresarme usando las palabras como medio, alejándome de la preocupación de producir un texto perfectamente entendible, profundo o digno de admirar.

¿Debería de quejarme por lo que no hago? La realidad es que siempre hacemos cosas. Estas cosas tienen que ver con la inercia de sobrevivir, y si hacemos algo que nos encanta ya es un plus. Ahora bien, ¿por qué dejamos de hacer cosas?, o ¿por qué nunca nos atrevemos a hacer cosas? La respuesta puede ser demasiado lógica y reducirse a que todo puede ser multifactorial o subjetivo y así lo es, por eso quiero hablar en primera persona.

Siempre me ha costado hacer algo por más de 30 minutos seguidos, desde cosas tan pequeñas como las actividades domésticas, hasta un proyecto importante. Si he logrado romper con esta regla, se lo atribuyo a una situación extraordinaria. Eventualmente esto me ha llevado a tener problemas de autoestima, y ha afectado muchas aéreas de mi vida.

Había una bola de nieve que ya era demasiado pesada y temía que se formara una avalancha, así que, como lo mencioné, hacemos cosas para sobrevivir y a mis 22 años fui a terapia. Mi terapeuta se niega a dar diagnósticos y todo lo reduce a conductas. Es el simple y complicado hecho de un cerebro condicionado. Venga, lo acepté, me pareció bastante realista, había pasado años escuchando sobre el “poder de la voluntad”, y que lo único que podemos controlar son nuestras acciones, porque los pensamientos y las emociones son ajenas a nuestro poder. Una vez más me encontraba ante esta “ley universal”. Abordar mi problema desde la modificación de la conducta y crear nuevos resultados. ¿Por qué no iba a funcionar?

Tengo 24 años, mucho he escuchado también sobre la paciencia y la constancia, es lo que tengo que pensar todas las mañanas antes de poner un pie en el piso y en la noche, antes de poner cabeza en la almohada. No hago cosas porque no quiera, querer no es poder, por lo menos no en mi caso. Verdaderamente me he cuestionado si esa regla universal funciona con los miles de millones de humanos que existimos dentro de este sistema. Hoy en día no puedo afirmar que así sea y tampoco puedo negarlo, tengo lágrimas en mis ojos porque no puedo hacer un proyecto, y estoy cagada del miedo, porque si es verdad que todos tenemos el poder de la voluntad, entonces el mío sigue durando 30 minutos.

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