
Aún recuerdo cuando estábamos juntas, jugábamos, reíamos, saltábamos. Siempre fuimos algo torpes, nos caíamos, pero siempre me gustó que te levantabas para seguir jugando. Te recuerdo tal y como eras, cómo te expresabas, lo que transmitías, siempre tan libre, siempre tan trasparente, siempre tan tú.
Apenas teníamos 12, aún éramos unas niñas, también lo recuerdo a él, no vale la pena describirlo, no vale nada. ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué te arrebató de mí? Nos usó, nos golpeó, nos violó.
Por las noches todo viene a mi mente, como si todo volviera a pasar, una y otra vez. Ese día te fuiste, te desprendiste de mí, no me pude despedir.
Nunca hablé de ello… “¡Qué vergüenza!”, “¿Por qué lo permitiste?”, “¿No te dije que tuvieras cuidado?, “Tú tuviste la culpa!”.
Esas voces, solo voces, solo en mi mente. Nunca las oí, porque nunca lo conté.
Hace tiempo que no sé de ti, hace tanto que no te siento cerca, ¿cuándo planeas regresar? Ha pasado tanto, pero tanto, he hecho todo por recuperarte, pero no te encuentro. Espero algún día volver a verte, abrazarte, perdonarte, decirte que no fue tu culpa, tampoco fue mía.
Te extraño tanto, pero tanto. Sé que volveremos a encontrarnos y no te volverán a separar de mí…
Así como yo, hay muchas niñas, adolescentes y mujeres que sentimos que nuestras cuerpas ya no están con nosotras porque alguien algún día nos las arrebató.
Si tú eres una de ellas, te abrazo, no estás sola, nos volveremos a reunir y dejaremos de ser “Las mujeres sin cuerpas”.
40