Promesa

pexels-shubham-kannoujiya-871079-scaled-thegem-blog-default

Forjado del tronco de un árbol de cerezo, mi espíritu fue creado por los dioses más intrépidos del Olimpo.

Ella me heredó el don de la imaginación; él me concedió su enorme inteligencia. Dos armas con un poder infinito de creación.

Sobre mi torso he escrito manifiestos que prometían cumplir incontables sueños, tanto propios como ajenos.

Con mis ramas he materializado algunos caprichos y di forma a ciertos placeres con ayuda del arte.

A través de mis hojas le he dado voz a cosas intangibles, tan presentes como poco entendibles, como la vida misma lo es.

He dibujado ilusiones y pintado deseos, he dado esperanzas y he inspirado valor.

Temo que un día todo esto acabe.

Hoy mis hojas se observan cada vez más marchitas; mi tronco envejece muy lentamente, le cuesta trabajo mantenerse de pie y mis ramas caen a causa de su debilidad, una a una.

Me pregunto si el tiempo será piadoso conmigo y si el firmamento podrá darme otra oportunidad para realizar todo lo que hasta ahora porta la etiqueta de “pendiente por hacer”.

Todo es tan incierto, el camino se torna obscuro, pero lucharé con fuerza hasta ver el amanecer, de nuevo.

Es una promesa.

14

Dejar un comentario

X