Recuerdos

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A Diana

 

Ella ocupa el lado izquierdo de la cama. Duerme. Él la mira mientras imagina sus piernas y sus pechos debajo de la sábana. Un rayo de sol se ha colado por la ventana y se ha posado sobre su piel blanca. Ha sido una noche larga.

Él había soñado desde hace mucho tiempo con tenerla a su lado. Mira sus labios, los mismos que hace cinco años besó por primera vez. Ahora están ahí, cerrados, en espera de otros labios.

No hace mucho que se reencontraron. Después de tanto tiempo y de tantas cosas.

Cierra los ojos y recuerda:

Están recostados el uno al lado del otro. Él la besa mientras recorre su piel con sus manos. Toca lentamente su cuello, caminando lentamente hasta sus pechos con las ansias que tienen los enamorados, continúa de arriba hacia abajo, dando un salto de su cadera a sus piernas. Cambia el ritmo y la estrategia, su mano ahora avanza lentamente, de abajo hacia arriba, hasta posarse en su sexo. Y ahí es donde explota. La besa mientras la acaricia. Besa su cuello. Muerde su ojera. Siente el calor de sus cuerpos. Se hunde en su fragancia que lo envuelve todo. Las sábanas huelen a ella, las almohadas huelen a ella, el aire huele a ella. Podría morirse y más allá seguiría estando su aroma.

Él se posa sobre ella. No se trata de poder, lo que él quiere es recordarla como es ahora. Guardarla en su memoria así, para siempre. La besa, sus bocas se buscan con tal desesperación. Acaricia su cuerpo. Mientras dejan de ser dos, para terminar de ser uno.

Ahora le toca el turno a ella. Se posa sobre él y lo mira con sorpresa. No puede creer que después de tanto tiempo venga a sentir tantas cosas por ella. Ya llegará el momento de preguntarse si la quiere; lo que ahora siente es deseo.  

El sudor recorre su frente. Su cabello cae sobre su frente. Mira sus ojos, ese par de ojitos café oscuros que ahora parecen fuego. Quisiera no olvidar, que todo se guardara en su cabeza. Que cada parte, que cada beso, se quedaran en él. 

Abre los ojos y ella está ahí. Existe. Él empieza a sonreír. Puede ser feliz. 

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