El palpitar de la tarde

startup-594090_1280-thegem-blog-default

Para Erika 

Yo pienso en ti, desde que despierto hasta que vuelvo a dormir sólo pienso en ti. No soy ni tu amo ni tu esclavo, yo no te pertenezco ni tú me perteneces, pero las cosas que no hacemos son las que tienen mayor significado. Jamás te tomo de la mano, nunca te digo “te quiero” ni tú me dices “mi amor”. No entiendo entonces por qué motivo siento en mi corazón que fuimos hechos el uno para el otro sin tener la necesidad de hacer cosas que hacen los demás. Nosotros no vamos al cine, ni siquiera vamos al parque a caminar un poco, las tazas de café no llevan nuestros nombres porque en ninguna cafetería nos conocen.

En el trabajo somos los únicos que trabajan, en lugar de aprovechar como los otros para platicar y contar chismes de nuestro día a día. Miro a mi alrededor y las personas van charlando sobre los planes que tienen y los cumplen en fechas y tiempos exactos; a las cinco de la tarde siempre me saluda una pareja de señores que se ven cansados por ir corriendo de lugar en lugar sin darse cuenta de que están desperdiciando su vida en monotonías y cotidianidades. 

No sueño con un futuro contigo, ni siquiera pienso en el día de mañana porque lo que nos interesa o por lo menos quiero pensar que así funciona es disfrutar de nuestra compañía. Que importa si nos vemos sólo en el trabajo y no concretamos una cita, que importa que nada más estemos unas cuantas horas donde el palpitar de la tarde es más efímero que una canción que no para de sonar, lo importante es que te quiero.  

Ignoro si terminaremos juntos, pero estoy seguro que las cosas que no hacemos tú y yo son las que al final tendrán más sentido que las cosas que sí hacen los demás como pareja. Jugar a ser marido y mujer, dedicarse frases ya establecidas de amor que no dicen nada. “Decir te quiero, decir amor no significa nada”, como cantó Camilo Sesto en Quieres ser mi amante. Entonces, qué bien se siente hacer las cosas que no hacemos porque es nuestro código, nuestra magia y nuestro único momento para darme cuenta que quiero que seas la mujer de mis versos y que todos esos besos que no te he dado les pertenezcan a esas parejas que fracasan simplemente por dejarse llevar por “las cosas que deben hacerse” y no “las cosas que no hacemos”, pero por ti me sacrificaré y si tengo que morir traicionando ese código lo voy a hacer porque yo pienso en ti, desde que despierto hasta que vuelvo a dormir sólo pienso en ti.

12

Dejar un comentario

X