Pies de barro

pexels-oscar-lopez-16915886-scaled-thegem-blog-default

El eclipse lunar se acercaba cada vez más, era la primera vez que me quedaba sola en un bosque, Juana Josefa me dijo que era una mala idea, ya que los nahuales y las brujas abundaban por ese lugar. Solo quería un momento de introspección y paz, realmente lo necesitaba debido a que la sobreestimulación de la vida cotidiana era asfixiante. No podía recordar cuál había sido la última vez que había pasado un momento sola, era reconfortante solo existir en un entorno ajeno al caos. Ya estaba oscureciendo, tenía mi pijama puesta y decidí no ver mi celular ni la televisión para darme un detox de toda la contaminación visual del momento. Todo se encontraba muy callado, mis pensamientos abundaban, me estaba empezando a poner ansiosa por no poder conseguir esa paz que tanto estaba buscando, tenía todo lo necesario para estar tranquila y me frustraba mucho no poder hacerlo.

¡TOC!

¡TOC!

Sonó con fuerza.

Me asusté, me quedé paralizada, ningún pensamiento se asomaba por mi cabeza. Unos sonidos extraños comenzaron a escucharse, posterior a ello se empezó a escuchar la voz de una mujer vieja, su voz se sentía muy familiar.

Me preguntó a través de la puerta:

¿Vas a abrir tú o lo hago yo?

No abrí la puerta.

“La puerta tiene candado, estoy segura”, pensé. 

Pero al instante la puerta se abrió de golpe.

Me quedé petrificada al ver que era una señora de edad avanzada con cabello de fuego y pies de barro.

Se acercó y me susurró:

—¿Qué ya me olvidaste?

—¿Olvidarte?

—¿Quién eres? Si realmente fueras tú, me reconocerías.

—No recuerdo la última vez que fui yo realmente. 

—Mi peor pesadilla ocurrió, te dejaste alienar por un espíritu ajeno a tu luz interior, has caminado con los ojos cerrados.

—¿Cómo sabes que soy la persona que estás buscando?

—Porque yo soy tú y tú eres yo. Somos, fuimos y seremos.

—¿Porque no me puedo acordar de ti? —lloraba.

—No te sientas mal, el tiempo te ha caminado por encima, siempre en silencio, un agente pasivo, acechando a quienes menos se lo esperan; parpadeaste y despertaste 7 años después, sin recordar lo que fuiste, ni lo que eres. Es el momento de despertar de este sueño profundo al que llamas vida, sé consciente de ella, vive, disfruta, traza tu propia línea y poco a poco empezarás a recordarme.

9

Dejar un comentario

X