Solo son ideas

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Todo el día, todo el mes, pasé el pensamiento sin ser escrito, habitado solo ahí, en mi mente como los recuerdos. Sin embargo, estos se olvidan, esa sopa instantánea que puedo preparar varias veces pero que no será igual como la anterior. ¿Así es cómo el silencio se expresa, pesa y calla? Pero en este momento, poner tinta sobre el papel más arrugado o teclear con  los dedos dan voz al mismo pensamiento. Una traducción inexacta del desorden de un significado pronuncia constantemente en mi cabeza: “¿qué es?, ¿qué es?, ¿dónde está”. Dando como respuestas direccionales o variables, es así como todo se acumula en el contenedor mental reusable, pero desgastado por no concluir ese punto fijo a la nada… ¡qué poderoso es el silencio! 

Callar un sinónimo de silencio,

 del inicio o un fin 

al caos u orden inmediato.

La espiral infinita, fluyente,

ascendente o descendente.

Lo he visto ser amigo y enemigo al mismo tiempo, abre pie a lo políticamente correcto o asertivo. 

¡Todo es elección!

A veces es cansado, porque lo inesperado ocurre y solamente hay que estar preparados. ¿Cómo?

No soy instructora de vida, pero si algo es cierto es lo poderoso que puede ser recibirlo como aprendizaje… pero lo más horrible por callar y guardar son todos los pensamientos que se almacenan con jeringa y embriagan la sed del enojo hasta que grites ¡basta! y no hagas nada, qué impotente…

Por tu necedad, ¿del qué dirán?

¿Lo estoy haciendo bien?

¡¿Cuándo?! ¡¿Hasta cuándo te darás cuenta?!

Que lo importante es…

-¿Y bien?, ¿cuánto va a hacer?

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