Era un hermoso día, todo fluía bien, pero algo me faltaba. Cuando te vi entrar, mi corazón no supo reaccionar. Corrí hacia ti, pero no parecías interesado, tu mente no estaba concentrada en mí.
Fue un hermoso día, no había nada que pudiera salir mal. Pero cuando te vi con alguien más todo empezó a complicarse. El ambiente se volvió más frío y empecé a temblar, fue la prueba más difícil que enfrenté.
Todo era un hermoso día hasta que mi corazón empezó a llorar. No supe qué hacer, la tristeza rápidamente cambió y todo se volvió rojo intenso para mis ojos. ¿Cómo pudiste hacer eso?, me pregunté.
Durante una semana mi cabeza no podía parar, tu voz me llamó y una vez más fui hacia ti. Poco a poco te dejé en paz, muchas cosas se olvidaron y no supiste de mí durante un largo tiempo. Hablar contigo se volvía más difícil.
Poco a poco los días volvieron a ser hermosos, había mejorado, pero una parte de mí se sentía estancada buscando decirte lo que sentía, pero al tratar de protegerte no podía hablar, sólo me quedaba escuchar.
Escuché tus canciones, vi tus series y tus películas, volví a leer, la escritura volvió a vivir dentro de mí, hablé de ti y llorépor ti al recordar lo que se quedó atrás. Era un hermoso día, pero tú no estabas ahí.
Quiero decirte que al final sé que estarás feliz; es complicado odiar a la persona que te juró lealtad, sólo me queda decir: «gracias por todo y perdón por tan poco».
