De mi ciudad a tu cuidad

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¿Por qué olvidamos algunas escenas que nos han impactado y nos han hecho cambiar de rumbo? Pensar en las ideas que olvidamos me lleva a pensar que con todo lo que creemos olvidar construimos una ciudad secreta para nuestra consciencia. Tenemos una ciudad secreta dentro nuestro que es única e invaluable, repleta de los más recónditos anhelos puros y disruptivos; es como un rincón donde el ser de cada persona puede llenar de vida la vida. La ciudad secreta de cada uno sale a la luz sin que lo percibamos, cuando estamos intentando diseñar lo visible de nuestras ciudades. Habitar el espacio que hace a una ciudad no es más que las ráfagas de viento de nuestra ciudad secreta, producto de nuestro ideario y nuestra cosmovisión utópica de cómo quisiéramos habitarnos. Qué paradójica es la realidad del urbanismo, se diseñan ciudades buscando satisfacer a todos sus miembros, juntos, con sus miedos y anhelos; qué tarea más ardua, sintetizar tanto conocimiento propio, aunque aprendido de los demás.

A medida que habitamos, formamos el espacio de nuestras ciudades secretas internas en su concretización sintética de lo que puede construirse físicamente en una ciudad de todos para todos; pero que, sin darnos cuenta, encierra connotaciones que van más allá de una costumbre y/o modo de vivir. Cada vivencia intrafamiliar y colectiva establece peldaños para que la ciudad pueda vivir y ser parte de una energía vibrante y refractante. ¿Qué refleja una ciudad de mi interna ciudad secreta? Todo y nada; todo, porque no puede existir sin que cada integrante le entregue su esencia, lo que compone un todo; y nada, porque de un modo espiritual, es algo incomprensible lo que la mantiene unida, algo no existente para la vista humana: saberes, poderes, emociones, que son los rayos que se nos escapan de nuestra ciudad secreta en el intento de crear la ciudad física. Entonces ¿quiénes somos en la ciudad? Todo y nada, todos y nadie.  Vivimos siendo un todo, un ser viviente, pensante y relacional, y a su vez nada, porque nuestro espíritu y esencia vive en la ciudad sin ser visto ni percibido por nuestros ojos. Pero es el valor patrimonial más hermoso de este hermoso ser llamado ciudad, es por eso que de mi ciudad secreta a tu ciudad secreta nos separa todo y nada a la vez, y eso es lo que nos hace estar cerca y lejos dentro de ella.

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