
Era más fácil contar las estrellas
que las noches en las que no pude dormir,
cerraba los ojos,
y solo flotaba entre las sombras.
A medio día levanté la mirada,
y ahí estabas tú,
manteniendo mi alma calmada.
Gracias,
porque por un instante
dejé las sombras
y regresé al mar.
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