Futuro

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Viernes 23 de junio. Pactaste conmigo esta salida, un mes antes. No hubo una nota de voz, ni un emoji o sticker especial, sin embargo, te conozco tan bien que sé cuándo deseas decirme algo fuera de lo usual.

¡Me siento tan feliz! En el día de mi cumpleaños iremos a bailar y a comer a mi restaurante favorito. Así que me he levantado muy temprano para poder salir antes de mi trabajo, tomar un baño, ponerme el vestido lila tornasol, las zapatillas color plata; mis aretes y collar favoritos.

Mientras me preparo para salir, recuerdo el día que te conocí: salí con mis amigas y mientras charlábamos, te acercaste y me invitaste a bailar; intercambiamos números antes de irnos y comenzó una amistad entrañable que sería el inicio de nuestra relación. No olvidaré jamás ese momento, era un día hermoso y soleado.

Últimamente las cosas han ido muy bien y la vida no ha sido tan dura conmigo. Me siento plena y contenta, siempre he deseado sentirme así

Escuché el timbre: sabía que eras tú y que habías llegado por mí.

Hija, ¿vendrás a comer?, si no se va a enfriar.

Sí, en un momento voy, mami.

Cerré mi cuaderno y suspiré… luego revisé algunos pendientes del trabajo en la computadora.

Así fue mi historia. He pensado que es necesario escribir para no olvidar qué es lo que me gustaría vivir; pensaba cómo sería ese día si te hubiera encontrado. En este momento, solo me toca esperar, ser paciente y seguir dedicándome a las actividades que más me gustan para que nos encontremos.

Ya vine, mami.

Siéntate, hija. La comida está lista.

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