Yo, rompecabezas

pexels-cottonbro-studio-7417514-scaled-thegem-blog-default

Intenta imaginar un rompecabezas, uno muy grande y exacto en cada pieza, exacto como lo son todos, cortado a la perfección y sin ninguna pieza faltante. Cada pieza está en su lugar, cada una de ellas con la presunción de ser única, presuntuosas como aquel que ya descubrió para qué está aquí y lo presume con gran entereza, porque sabe para qué vive y no tiene miedo de decirlo. Así todas ellas, arrogantes porque, aunque se revuelvan, aunque se separen, saben siempre dónde deben ir y cuál es su lugar, e incluso harán que tú las vuelvas a poner en su sitio y saben que te esforzarás por lograrlo.

Ahora imagina que se ha abierto el suelo y que se ha tragado la mitad de mis piezas. Ya no estoy completa, las demás han huido y muchas otras se prendieron fuego, con eso me sumieron en un vacío interminable en el que nunca dejo de caer. Veo todo pasar a mi lado tan rápido que no lo distingo, han pasado años, veo a todos pasar a mi lado, diciendo cosas y haciendo cosas, viviendo en una vida sin caídas. Me miran como si no fuera cayendo así de prisa, me miran y no lo entienden, hacen preguntas y el viento me arrebata las respuestas, me escupe mi ignorancia en la cara y yo apenas puedo respirar. Escucho a todos gritarme que estoy enferma, que habrá que hacer algo. Los doctores arrojan el veneno en mi piel y no saben que me quema, me hacen vegetariana para luego darme carne de nuevo, para luego dejar de comer; me empujan, cada vez me empujan más, pero yo no estoy enferma, solo no se dan cuenta de que caigo, solo caigo y el que cae no está enfermo, está cayendo.

De repente, un momento, un impacto que logra romper todos mis cristales y me veo envuelta en otra caída, que parece extensión de la primera, pero ahora los colores son diferentes, las voces están distorsionadas y el mundo de afuera parece más lento. Ya no siento el dolor de la caída, ya no puedo sentir. El vacío ahora está dentro de mí, caigo dentro de mí misma y ahora puedo verme por dentro, puedo ver cómo todo dentro de mí se ilumina y cómo todo poco a poco se va pudriendo. Hay llagas dentro de mi cuerpo que sigue cayendo, cae dentro de sí mismo y logro por fin reconocerme en esta caída. De la nada, comienzo a incendiarme y esta caída comienza a ser delirante, después de arder; todo de momento se apaga, en la oscuridad me doy cuenta de que ya no caigo.

He logrado encontrar una pieza en el fondo, en las cenizas de mi cuerpo he hallado una pieza que parece un espejo, la miro y logro verme dentro; dentro de ella estoy completa. Ya no caigo.

4

Dejar un comentario

X