Rituales

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Todos los días me levanto, me visto, alimento a mis perros. Intento no hacer caso a la voz que me dice que es otro día más, que es otro día perdido, otro día en el que tengo la oportunidad de hacer algo, pero siento que la vida se me escapa entre los dedos intentando averiguar por qué me cambié de carrera, por qué terminé con mi ex. Sí, sí era controlador y violento, pero tal vez si me hubiera quedado con él todo hubiera mejorado. No, no hubiera mejorado. Estuvimos juntos durante años y lo único que cambió fui yo, cediendo más y más, y más, y más… me extraño. Extraño cuando me despertaba con la energía de un nuevo día lleno de posibilidades, con el sol entrando por la ventana y la calma de esperar 4 minutos junto a la cafetera a que el café estuviera listo, sin la prisa de tener que hacer algo mientras hervía, y luego tener que tragar el amargo sabor de café quemado al iniciar el día. Otro día. Otro día que se va y que pasa, ya es jueves, tenía que ir por las fotografías desde el sábado y ya es jueves. Otra vez jueves. El último intento de productividad antes de que el fin de semana me llene con la falsa libertad de dos días que el capitalismo me regala para poder probar apenas lo que es tener tiempo para mí, lo suficiente para sentirla cerca, pero no lo suficiente para acabar con la lista de pendientes que se acumulan. Los perros ya no tienen comida. Tengo que sacar a pasearlos. La lavadora ya está lista. No me va a dar tiempo de tender la ropa y cuando regrese va a estar apestando a humedad y no he tenido tiempo de pasar por otras sabanas. Podría pasar rápido después del trabajo, pero hoy hay junta. La vez pasada terminó hasta las 7. Ya será el fin de semana, pero el sábado es el cumpleaños de Clara y se veía muy emocionada cuando me dio la invitación. ¿Por qué está de moda hacer fiestas de cumpleaños con pastel y velitas, decorados como cuando íbamos en la primaria? A lo mejor la pasaron bien en la primaria. ¿Alguien la pasó bien en la primaria? Tengo que comprarle algo a Clarita. No la veo desde el picnic de junio, por el cumpleaños de Diana. Pero si ya es septiembre. Ya se acabó el año. Ya van a empezar a atascar todas las tiendas de calaveras y brujas como si tuviéramos tiempo de celebrar y decorar, y dos días después Santa Claus va a aparecer como si nunca se hubiera ido. Todos los años pasa lo mismo. Todos los días pasa lo mismo.

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