Pensamientos para terminar el día

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 I

Si la vida da desdichas, también provee sus soluciones. Los mismo que hace a un día decepcionante puede ayudarte a soltar las lágrimas y así curarte de tu larga peripecia que llevas contigo desde ayer. Sus golpes también se dirigen a nuestras desgracias.

 

II

¡Cuidado con los días dichosos! Puede volver a los demás estériles o nulos.

 

III

Si después de un humor melancólico le sigue el arrepentimiento por lo sucedido, es que, usted, ha hecho mal uso de su humor; ha mentido y no ha sido sincero ni consigo mismo.

 

IV

Ten cuidado a quien se lo confiesas, no vaya a ser que las palabras tomen una forma que no deseamos.

 

V

Si bien es deseable saber evitar contratiempos, como evitar ser burlados, cuando esto no es posible hay que pensar, junto a los estoicos, que aquello era inevitable.

 

VI

¡Con cuánta indiferencia nos pasamos de un día a otro! La fuerza con la que empujábamos al primero ya no está en el segundo; se nos ha desecho. Y si es así día a día, el tránsito hacia la muerte no debe ser menos áspero.

 

 

VII

La promesa, ese futuro fermentado.

 

 

VIII

Solo puedo perdonarles a las mañanas el ponerme tan melancólico como por las noches. En las andadas mañaneras el vacío de la cuidad es suficiente para colmar el corazón; se ve a sí mismo, cara a cara, desnudo en lo que es y en lo que será. No hay engaño, pues todo despierta adelantándose, incluso, al engaño.

 

VIII

“Los días suceden sin motivo” es una revelación que, en lugar de dejarme deprimido, me ha dejado mudo.

 

IX

Después de un día en pereza… lo mejor es responder con un torrente de acciones. Aunque sea solo por apariencia.

 

X

El tiempo no cura, deshace. Lo cual es diferente.

 

XI

¿Qué hice sino quedarme hasta la mañana? Hay momentos en los cuales la felicidad nos asalta.

 

XII

Demuestra un grado muy alto de estabilidad, de equilibrio en la vida, poder morir en el presente; que alguien diga “no me importaría morirme ahorita”. Pero solo la acción puede consumar la demostración. Y así quedamos en deuda con un pensamiento que nos encanta vivir.

 

XIII

Pero no me hagan caso… el día de mañana, me levantaré tan normal como hoy, y entre sueños y sueños desaparecerán mis pequeños intentos… ¡Y ya verá! El día de mañana todo desaparecerá como un sueño.

 

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