Querida aprendiz:
Te escribo esta carta porque ha llegado el momento de despedirnos. Tienes que continuar y forjar tu destino.
Sé que estarás preguntándote a dónde debes ir, pero créeme que ni yo misma lo sé, aunque no lo parezca no poseo todas las respuestas del mundo y menos aquellas que tienen que ver contigo.
Mi joven hechicera ¡levanta el vuelo!, pero esta vez con más fuerza y más agallas para encontrar tu propósito. Quiero que seas firme, pues en tu trayecto enfrentarás artes oscuras que querrán doblegar tu mente y espíritu; los futuros cielos que recorrerás no serán fáciles, te pondrán a prueba constantemente, pero tienes que resistir, ¡necesitas hacerlo!, ¡necesitas vivir!
He sido testigo de cada paso que has dado, te he visto crecer y eso me llena de mucho orgullo, pero es tiempo de mejorar.
Recuerda que siempre vivirás en mí y en mi corazón. Gracias a ti descubrimos la magia de los pequeños detalles, revelamos la grandeza que yace en nuestro interior, esa que nos hace sentir que somos capaces de absorber el mundo en una sola poción, amé cada sonrisa tuya, llenas de gran regocijo porque aprendíamos un nuevo conjuro. Pasé momentos increíbles a tu lado, pero hoy debo verte partir y luchar por lo que tanto soñamos.
No estés triste, las despedidas son parte de la vida y debes avanzar. ¡Te exijo que lo hagas!
Por favor, confía en cada paso que des, yo estaré aquí esperándote ansiosa.
Con amor, tu yo del futuro.
