Un café por la mañana y se te reinicia la vida… esta es una frase común entre los amantes del café. La capacidad del café para proveer energía al mundo no solo está en el potencial energético que representa y va mucho más allá de un líquido oscuro y amargo servido en una taza para tomarse a sorbos.
En México, la calidad de cada grano de café se atribuye a la amplia diversidad de sombra donde se cultiva. Se trata de una práctica de antaño con relevancia económica, social, cultural y ambiental que en pocas palabras conserva vida desde la superficie hasta la raíz.
La diversidad de especies de árboles que convergen en los agroecosistemas de café da lugar a una amplia variedad de microclimas que los convierte en excelentes reservorios in situ de diversidad de flora, fauna y unos cuantos microbios que tienen un rol específico en el ecosistema a partir de redes de convivencia que reciclan la materia orgánica y contribuyen a la conservación del ambiente.
Entre la diversidad vegetal de los cafetales, destaca la presencia de arvenses, que son plantas que han desarrollado la capacidad de adaptación para sobrevivir en suelos con manejo intensivo. El rol de estas especies en el ecosistema vegetal parece inespecífico, sin embargo, pueden ser de importancia como coberteras que evitan la erosión del suelo, nichos y fuentes de néctar para polinizadores u otros insectos. Algunas de estas especies de plantas pueden ser comestibles, medicinales o forrajes.
El manejo de los agroecosistemas de café en México es en mayor medida rústico, en éste trabajan día a día los integrantes de familias mexicanas que dejan un pedacito de amor en este proceso cultural donde se cultiva café. Mientras tanto, los agroecosistemas de café contribuyen a la mitigación del cambio climático siendo conservadores del bosque, promotores de la infiltración del agua y sumideros de carbono atmosférico.
La próxima vez que compres café, detente unos segundos y analiza cuál es su origen y si está contribuyendo ante el cambio climático. Recuerda que el mejor café es cultivado en fincas rústicas con manejo tradicional manual sin herbicidas ni pesticidas y lleva inmerso un poquito de amor para que tengas en tu taza un café de calidad y de sabor único.
El café es fuente de energía: un pedacito de amor, de familia, un pedacito de vida.