Señorita Quién

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Con cada parpadeo miro unos ojos de diferente color

y al pasar la lengua por mis labios, siento unos labios de distinto sabor,

respiro profundo para calmarme, pero siempre es diferente el aroma,

por el dolor, tengo una mano en el pecho y otra en la cabeza,

no sé bien qué me duele y eso es un problema.

 

Me tapo los oídos, pero escucho todos los géneros musicales,

siento que saqué a bailar a alguien toda la noche sin saber bailar,

qué único es escribirle a quien nunca se lo voy a dedicar

y acabar satisfecho como si hubiera tenido sexo romántico y animal.

 

Espero que comprendas mi sentir y no lo tomes a mal,

pero me das miedo y rabia, lo definiría como un odio incondicional,

qué raro ¿no? Ahora tengo ganas de prepararte una rica cena

aun no llegas y ya te vas, te siento lista para dejarme por octava vez

y yo me siento dispuesto a volver una novena.

 

Pues quiero que tus ojos los lleven mis hijas

y poder sentir todos los días ese aroma que se besa con la brisa,

déjame odiar y amar tus voces tarareando sin preocupación,

déjame averiguar por qué mis hijas tienen cara de interrogación.

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