
Bogotá, 13 de febrero de 2024
Carta dirigida a X:
¿No te pasa que, cuando tu vida da un giro totalmente inesperado, no tienes tiempo de asimilarlo? O tal vez lo das por hecho porque tu mente está tan saturada que no sabes si en realidad estás aceptando la nueva situación o simplemente estás ahí por inercia.
Siempre he dicho que las personas son como plastilina: fáciles de amoldar a cualquier entorno. Pero ¿qué haces cuándo sientes que no vas a lograr acostumbrarte? Reconozco el cambio y no me disgusta. Entonces ¿por qué me siento mal? Trato de convencerme de que no es así. Me digo que solo no me he acostumbrado, que en algún momento lo haré. ¿Habrá más personas ahogándose en un vaso de agua como yo? ¿En una situación tan simple y compleja a la vez? Saber que nadie me va a dar respuesta a esta carta me da tranquilidad. Sé que nadie me va a decir un «Te entiendo» vacío que la mayoría dice solamente por obligación, cuando en realidad piensan «¿En serio se está ahogando en un vaso de agua con algo tan simple como un pequeño cambio de vida?»