Carta sin destinatario

pexels-markusspiske-1268101-scaled-thegem-blog-default

Aunque no reciba una respuesta, quiero dedicarte las siguientes páginas.

Te visualizo a lo lejos, como un sueño. Después de trabajar en la cosecha vuelves a casa para cocinar. Te acompaño y te ayudo; charlamos, reímos y jugamos un poco. Después de comer continúas trabajando porque tu cuerpo nunca encuentra descanso. Antes de dormir me arropas y me das un beso de buenas noches.

Pasan los días y aprendo de ti. Pasan los años y me enseñas sobre la vida. Con el tiempo veo en ti la continua transformación que nos compone como seres humanos. El cambio constante que con complicidad y amor aceptamos. Siento tanta gratitud hacia ti por ayudarme a crecer y a convertirme en alguien de quien te sientes orgullosa. Gracias por plantar en mí la semilla del amor.

Empiezan a salirte algunas canas. Las comisuras de tus labios se ven más pronunciadas al igual que las líneas de tu frente y tus ojos. Te haces un poco más pequeña. Tus pasos son más lentos y tal vez ya no tienes la misma fuerza que antes. Cocino para ti y te acompaño a lugares para cuidarte. Te pido que me aconsejes y, aunque a veces discutimos, nuestros caminos se mantienen juntos.

Al escuchar tu voz, sentir tus manos y el calor de tus abrazos me siento protegida. Me dan calidez.

Las cosas no se han dado como todos lo habrían querido. Cuánto me habría gustado presenciar el paso de tu vida; verte envejecer, estar ahí para ti. Sé que tú también lo habrías deseado. Te amo hasta donde sea que estés.

Y así, entre las sombras de la noche y las luces de la ciudad, sigo escribiendo una historia sin destino, pero llena de posibilidades. Una historia que aún no ha terminado, y que no terminará mientras siga soñando y amando. Mientras siga siendo yo.

11

Dejar un comentario

X