Creo que quiero dejarte, pero me detiene la soledad de no tenerte. Porque me quieres bonito, te preocupas por mí, me compartes de lo poco o mucho que tengas y me despiertas por las mañanas con besos. Me gusta mucho cómo me tratas… casi siempre. Ha habido días malos, pero muchos más buenos. No sé si perdonarte, porque sé que lo seguirás haciendo. No puedo aceptar eso. Me está costando demasiado trabajo. Lo sé porque ya no hay deseo. No es hormonal, solo se fue. El sexo era bueno, pero ya no quiero que me toques. Me da asco que me veas tanto tiempo como intentando convencerme de que solo tienes ojos para mí, cuando tú carrete dice todo lo contrario. Eso me lo busque yo. Nunca debí tomar tu teléfono, ¿o sí?
Quiero dejarte antes de que sea peor. Antes de que olvide quién soy. Me he querido convencer de que yo me lo busqué, que no soy lo que tú esperas, que no me visto como tú quieres. Pero no. ¿Hasta dónde llegará esta manipulación?
Cada vez me interesas menos.
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