Cuerpo mío:
«Hola», es lo que te hubiese dicho.
«Hasta pronto», es lo que hubiera deseado.
«Hasta nunca», es lo que terminó pasando.
Para alguien que no existe,
lo cálido de un abrazo
se borra de la historia infinita.
Y vive en el pensamiento
que no muere a largo plazo.
Termina y regresa en sueños profundos.
Que me digas tu nombre es lo que espero.
¿Será que algún día te encuentre?
Voz hermosa, fría, simple y gloriosa.
Un «Hola» no fue suficiente.
Faltó algo que te expulsara de mi mente.
Pero a mi lado sigues pasando.
Hasta el más prudente se tienta.
La mira.
Se ven a los ojos,
pero retrocede.
La olvida lentamente.
¿Por qué nunca pasó, es solo cobardía?
Sientes su esencia.
¿Podrá ser este el día?
Es simplemente un sueño.
Solo pienso en alguien que no existía.
Alma:
Si no existes,
¿qué es lo que me preocupa?
El hecho de no verte.
No poder encontrarte
me destruye y me construye
para volver a matarme.
No existes porque ya lo hiciste.
En el aire está la noción.
Exististe y acariciaste mi inspiración
en la historia infinita.
Me diste emociones fuertes,
que explotan como dinamita en mis escritos.
Diálogos imposibles,
momentos intangibles.
No me preocupa si me has mentido.
Engaña a mis sentidos ahora que todo es pasado.
Son el presente y el futuro los que has arrebatado.
Esa palabra que se borró de mi boca
quizá renazca en mi ingenio.
Me lastimó y no lo pude reclamar.
Me destruyó y ya no le puedo amar.
Va en el aire vagabunda.
No huye porque a mi mente permanece.
Se esconde para no ser vista
y contra mis sueños choca.
Que me sienta es mi capricho.
Espíritu, solo dime
si llegaste a sentir eso.
Si lo inventaste o es tu ayuda al arte.
Si no conociste y aun así odiaste
esa etapa del universo que quitaste.
No es un desconocido
ni un sueño frustrado.
Es un futuro que se ve difuso.
No me pidas dar pelea
en medio de una batalla sin final,
contra alguien que nunca existió
y que jamás podré amar.
No la borras de tu mente
y no quieres que exista jamás.
Al mismo tiempo que la mantienes,
no quieres que te dé más.
Llora en silencio
que no hay nada que hacer.
Solo abres una herida
que tu propia mano rasgó.
Solo hay un problema.
Una incógnita sin respuesta:
¿Alguna vez existió?
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