
En el vasto abismo de la nada,
donde los sueños danzan sin cesar,
un ser de luz y sombra
empieza a brillar.
Sus ojos, estrellas en la noche.
Su risa, melodía celestial.
Su nombre, un susurro de los ecos del tiempo.
Aunque en la realidad no se refleje,
su esencia en mi corazón perdura
como un sueño que nunca se desvanece;
como un amor que siempre persiste.
En el lienzo del tiempo
tu figura es un poema sin rima ni compás.
Una nota en el silencio más profundo.
Una historia que nunca se contará.
Cuando tu luz me toca,
me olvido de la realidad.
Todo esto parece un sueño.
No intentes desaparecer.