Así como la mecánica de nuestros cuerpos y el espacio nos permiten estar vivos, debe haber algo encargándose de que todos terminemos justo donde debemos. Hay tantos milagros y magia sucediendo en el mundo, que tengo fe en que hay algo de magia restante para nosotros.
Fe en la existencia de un instante donde no existe circunstancia o tiempo incorrecto. Justo ahora, miles de pequeñas acciones suceden en secuencia asegurándose que el mundo se encuentre en el momento y en el estado exacto para tenerte a mi lado.
Sé que estás por ahí. No es posible que emociones como estas vayan por el mundo sin alguien que las reclame. No se puede esperar que su magnitud tenga suficiente espacio solo dentro de mí. Se pierden por la brisa, cuando las dejo sobre mi almohada o cuando las suspiro al viento. Buscan, se mueven y viajan con destino a ti, aunque yo no esté dirigiéndome allí justo ahora.
Tanto no puede ser solo para mí. No puede ser solo para ti. Aunque ya he amado antes y todavía no te conozco, sé que no he querido a nadie como te amaré a ti. El amor que he conocido no se siente como sé que se sentirá el tuyo.
