
No quiero escribir de idealizaciones.
Ni soñar la autogestión
de las utopías comunitarias.
Pero a veces extraño a fragmentos,
la distancia entre mis ojos y el cielo.
A veces el tiempo llega tarde
desde el viento hasta mi cuerpo.
A la tranquilidad de este espacio:
a la nada.
Y lo que viene después de la nada.
A veces a fragmentos extraño
lo que no ha sido desde que no soy.
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