
Almas del purgatorio,
les ruego atiendan mi petición:
liberen aquella alma
que el Señor me arrebató.
Dolor intenso sufre hoy mi corazón,
al saber que ya no estás conmigo,
al saber que no podré verte reír,
llorar o amar como tú solías hacerlo.
Vacío inmenso.
Dolor agudo, quiero un abrazo tuyo,
pero hoy solo puedo verte en el retrato de mi cuarto
y solo puedo escucharte en los ecos de mi mente.
Te extraño y siempre lo haré.
En versos escritos que esconden mi dolor te recordaré.
En mi memoria quedará guardado
todo lo escrito a quien no existió.