Zuqui

pexels-denniz-futalan-339724-2523934-scaled-thegem-blog-default

Te veo. Has crecido tanto. Recuerdo los ojitos con los que me mirabas la primera noche. Llegaste a mí y me hiciste sentir que todo comenzaba. El primer día lloré.

Ya había pasado más de un mes, y seguía la impotencia de no saber qué hacer cuando de pronto mojabas mi cama. Aún no lo sabía, pero llegabas a mi vida para traer calma y alegría.

Un día desperté y te vi crecer. Estuviste recostado a mi lado en cada momento de alegría y tristeza. Me mirabas con esos ojitos marrones y tu cuerpo sostenía mi mano. Todavía no podía creer que un angelito llegaba a mi vida. Seguías creciendo y yo te cocinaba todos los días. Con el tiempo te apoderaste de mi colchón.

Me obligaste a salir porque lo necesitabas para vivir. Sin que lo planeara, te convertiste en mi principal motivación. Verte salir y jugar me permitió descubrir que siempre existen nuevas oportunidades para sonreír. Fuiste parte de mi salvación. Tantos días de insomnio que tu presencia alivió. Tus besos en mi mejilla reflejaban que podía sentir amor. Nuestra conexión fue perfecta.

No sé quién salvo a quién, pero gracias a vos iba llenando una partecita de mi corazón. Gracias a la vida, a Dios o al universo, por enviarme un ángel tan perfecto.

Creciste muchísimo. Eres más grande que yo. Eres un gran guardián que acompaña mi andar. Ojalá fueras eterno para seguir llenando mi vida de hermosos recuerdos.

Te amo corderito y angelito del cielo. Que tu amor sea y permanezca hasta el final.

39

Dejar un comentario

X