
Me acompañas en mis pensamientos. Tu paciencia y tu cariño me acompañan en cada momento: el apapacho donde tus brazos y los míos encajan perfectamente.
La soledad no me asusta, mi amor, pero sí el vacío del alma, del libre pensamiento, del entendimiento mutuo. Ahí donde tú y yo siempre existimos. Es aquí donde permaneces, no atrás, no adelante: a mi lado. Estaremos tomados de la mano fuertemente pase lo que pase, juntos, siendo el mejor equipo. El equipo “Amorchi”.
Me duele ya no compartir el mismo tiempo y espacio contigo. Me frustra pensar en la vida que tanto soñamos y que no pudimos vivir en esta línea temporal. Aunque en esta vida ya no fuimos “hasta viejitos”, nos hicimos eternos.
Después de esta vida sé que nos volveremos a encontrar para estar juntos. Lo sé porque nos encontramos en el momento perfecto, perfecto como tú.