
Creo que se llama amor.
Así como te digo a vos
y como tú me decís a mí.
Este sentimiento es tan fuerte,
que no puedo describirlo
porque las palabras no son suficientes.
De la nada las cosas se tornaron diferentes.
Ya no me hablabas con dulzura
y no querías estar presente.
Pensé que era idea mía,
pero ahora ya comprendo:
tu desinterés no vivía solo en mi mente.
Esa conversación se hizo esperar.
Me dijiste todo de repente.
Te enteraste de mi traición,
y no fue recientemente.
Quedo mal si te digo
que fue un accidente;
lo hice sin pensar
y mi alma se arrepiente.
El momento ganó
y lastimé nuestro amor gravemente.
Solo te pido que aceptes
mis disculpas humildemente.
Te fallé con mi traición;
herí tu corazón de manera irreversible.
Ojalá me puedas perdonar.
Pero quiero que sepas,
que te amo sin límites.
No me apena decirte
que soy más tuya que mía;
verdadera y completamente.
Así es como me siento
cada que a tu lado estoy:
mi piel se enternece
y mi corazón se conmueve.
Supongo que así se siente
el amor adolescente.
Te pido perdón constantemente
y entiendo cómo te sentís.
Yo también lancé tus fallos al olvido.
Te elijo a vos hoy y siempre.
Desde aquel 14 de diciembre
soy la más feliz en el mundo.
Estoy con el chico más dulce,
porque soy tu novia claramente.
Que el tiempo permita
a nuestras almas florecer acompañadas;
perdurar con nuestro amor latente.