Antes del calibre

pexels-subhajit007-3508489-scaled-thegem-blog-default

No sé en qué pienso.

La mirada solía ser otra y ahora estamos aquí:

entre el metal y el concreto.

Tratando de entender si es adecuado escapar

o si debería aguardar.

 

Te extraño.

Aunque no has ido a ningún lado,

una muerte líquida se impregna en mi sentir.

Algo me dice que llegó a su fin para ti,

y no tengo a dónde más correr.

Es muy tarde para decidir huir.

 

Juraste quedarte.

Si te hubieras marchado aún habría tenido la posibilidad

de salvar unos cuantos pedazos de mí.

Habría podido salir ilesa.

Habría podido seguir el camino con las dos piernas.

Pero tenías que jurar, y yo tenía que creer.

 

Pesan en mí.

Estoy a merced de la muerte;

lista para morir contra el suelo.

 

No corras suavemente;

huye repentinamente para poder olvidar tu nombre.

No me hagas odiar tus letras;

que tus sonrisas paren de escribirse en mis recuerdos.

 

No confundas piedad con progreso;

una me mata a través de ti

y la otra muere a través de ti.

 

Si es el fin,

cierra mis ojos y dispara.

Quédate conmigo hasta que mi cabeza toque el piso;

háblame hasta el último minuto;

dame un adiós que fulmine todo el amor de un disparo.

25

Dejar un comentario

X