Cuando menos lo esperas, esa persona llega

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En los últimos meses aprendí a quererme y valorarme. Entendí que es necesario dejar ir a las personas que no me eligen, o que simplemente no le aportan nada a mi vida. Siempre he amado con todas mis fuerzas, esperando que el sentimiento sea mutuo y me amen con la misma intensidad. Quizás ese fue mi error principal: idealizar tanto a una persona y crearme falsas expectativas.

En mi última relación, amé tanto a esa persona que por más daño que me hacía no podía dejarla ir. Sabía que la persona de la que me había enamorado en un principio ya no existía. Intenté que nuestra relación volviera a ser como antes, pero me di cuenta que al intentarlo me hacía daño a mí misma. Fueron meses llorando por alguien que no demostraba ni el más mínimo interés, meses en los que mi familia y amigos me veían mal. Ellos me decían que tenía que soltarlo, dejarlo ir.

Y un día pasó. Era un 14 de febrero. Linda fecha para terminar con tu pareja, ¿no? Supongo que todos en algún momento nos cansamos de ser siempre la persona que hace lo posible por querer arreglar las cosas. Ese día pude soltarlo y dejarlo. Lo que a mí me costó meses, él pudo hacerlo en cuestión de segundos. Ahí fue cuando entendí que no merecía que me trataran de esa manera, y que iba a llegar alguien que de verdad me valorara.

Pasaba el tiempo y te seguía extrañando. Trataba de no hacerlo porque te veía continuar tu vida como si yo no hubiera existido.

Meses después conocí a un chico. Llegó el invierno y con él un sentimiento despertó en mí.  Entendí la frase: «La magia de conectar y la suerte de coincidir». Con él, todo fue completamente inesperado: ninguno tenía planeado enamorarse. Tuve miedo de volver a sentir algo por alguien, pero no puedo vivir siempre evitando pasar por lo mismo. Todos sabemos que la vida se trata de arriesgarse y vivir nuevas experiencias.

Él llegó a mi vida como un total desconocido. Si no hubiera aceptado esa salida a merendar un 2 de junio, mi vida seguramente sería diferente. Puedo decir que gracias a él aprendí muchas cosas. No sé lo que pasará en un futuro, pero seré muy feliz si lo que él y yo tenemos funciona para toda la vida.

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