Entre almas que no se conocen

pexels-aleksandar069-3684122-scaled-thegem-blog-default

Viviste en este mundo, pero no estuviste presente en mi universo. Te fuiste antes de poder tomar tu mano o conocer tu risa. Me cuentan mucho de ti. El amor es una constante en todos los relatos que te mencionan y eso me hace sentir que tú y yo nos hubiéramos llevado bien.  Me da nostalgia no tener tu retrato físico conmigo. Solo me quedo con la forma que mi imaginación tiene de ti. 

No puedo recordar con exactitud cuándo fue la primera vez que me hablaron de ti, pues desde que soy muy pequeña, varios recuerdos se mezclan en mi mente infantil. Te puedo decir que cuando mi madre me cuenta de sus aventuras, sus ojos no se llenan de tristeza, sino de algo más profundo. En realidad, no creo que haya una emoción que describa lo que veo cuando piensa en ti. Es tan único. Algo que solo una hija puede sentir por su padre.

Mentiría si te dijera que en ocasiones no me ponía triste cuando mis compañeros contaban lo que habían hecho con sus abuelos ese fin de semana. Yo solo podía decir que nunca te conocí. A medida que iba creciendo te entendía más, y hoy sé que inconscientemente influiste mucho en mi vida. No soy gran fan del fútbol como tú, pero cuando veo al equipo de tus amores, me emociona por el significado y la conexión que puedo tener contigo. También puede que te decepciones cuando te diga que no sé manejar, que la sola la idea de estar frente a un volante me aterra. Por supuesto que sé del gran conductor que eras. Empiezo a creer que, si tú me enseñaras a conducir, tal vez sería más valiente.

Tu ausencia se llena cuando paso tiempo con mis tíos. Si los analizas bien, cada uno de ellos tienen tu esencia. Ver quién tiene rasgos que se asimilan a los tuyos es también parte de las conversaciones. Nunca te he agradecido por heredarme tus rizos. ¿Ves por qué digo que todos tenemos una parte de ti con nosotros? Y esa es la forma en la que yo te puedo conocer. Decir que no te fuiste del todo.

Esta carta es para ti. No nos conocimos físicamente, pero has estado en cada parte de mi vida. Es curioso ver cómo, a pasar de que el destino no nos permitió estar juntos, tu espíritu se conectó con el mío. Espero que recibas esto y sepas que en otra vida nos veremos. Porque nos debemos muchas experiencias por compartir.

25

Dejar un comentario

X