
Si no tuviera recuerdos,
jamás lamentaría una decisión.
No sufriría las reacciones químicas de mi cuerpo
desencadenadas por el recuerdo de una vivencia.
Bendita experiencia
que te quedas como recuerdo.
No te vas,
pues en mi memoria aún existes.
Atrapado en el pasado,
no se vive el presente.
Eso dejas experiencia:
ser consciente.
¿Una delicia punzante?
Delicia porque es fascinante
el hecho de saberse siendo,
y de saber que eres.
¿Dónde estoy?
¿Dónde me experimento?
¡Que delicia es ser!
Bendita experiencia de sí mismo.
Nunca te acabes.
¿Por qué te puedo percibir?
¡Nunca te apartes de mí!
Embriagado me tienes
por tan sublime deleite:
sentirme siendo.
Te expandes sin dejar de ser,
bellísima percepción.
De tanto encontrarme contigo
me da miedo porque un misterio eres.
Soy ese ser siendo y me desconozco.
No te abarco.
¡Qué delicia punzante!
Punzante porque el recuerdo te aniquila,
te detiene, te embriaga en sentimientos.
¡Te mancha de emociones!
¡Oh, Experiencia mía!
Que delicia es experimentarte.
Aquí y ahora, mía.
Deleitarte…
Es estar siendo.
¡Nunca te apartes de mí!
¡Consciencia mía, no te vayas!
Quédate, aunque cuerpo no tengas.
Aunque no te externes materialmente,
¡viajemos juntos, Experiencia mía!
¿Qué dejaste en mi memoria?