
No todo fue malo.
Prefiero quedarme con lo bueno,
pensando en que pereciste.
Al menos eso es consuelo.
Aunque parezca que no duele,
me causa desconcierto saber
que nunca me quisiste.
Solo fui un objeto para ti.
Ahora entiendo que me utilizaste
para dañar a mi madre.
Me hiciste dudar de ella.
De ella que es tan buena.
Te quedó grande el papel de padre.
No supiste cómo guiarme;
me atrapaste con tus mentiras
para solo manipularme.
Me engañaste.
Me lastimaste.
Lloré, reí, sufrí,
Y volví a llorar.
Me quitaste lo que amaba tanto:
mi morada,
mi madre amada,
mi estabilidad emocional.
Por ti conocí la ansiedad.
Pero hoy te perdono.
No por ti,
si no por mí.
Porque quiero estar bien
y vivir sin rencor ni odio.
¡Que te vaya bien!
No te deseo nada malo.
En estos versos saco todo
por lo que he llorado tanto.
La culpa que yo sentía
de ser una mala hija
por creerle a quien no conocía;
para quien nunca fui prioridad.
Alguien que no me quería.
Te quedó grande el papel de padre.
No supiste cómo guiarme.
Me atrapaste con tus mentiras
solo para manipularme.
Recuerda mi infancia
y como en esos recuerdos,
no me busques,
no estés conmigo,
no te preocupes;
de mi vida no seas testigo.
A pesar de perdonarte,
no te quiero cerca mío.
Te perdono
para estar bien conmigo.
Pero yo no tengo padre.
Él murió
porque tú lo mataste.