Lo que escribí para alguien que no existía

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Ese día paseaba en mi bicicleta y te imaginé. Tú, un hombre vestido de alegría descomunal, que espero encontrar algún día. Quizá no sea en un castillo como en los cuentos, pero sí paseando en mi bicicleta por un llano. Solo entonces podré decirte que todo esto que ahora siento es inaguantable. A veces quiero gritarlo a los vientos; sin embargo, no puedo.

El amor, en este mundo lleno de odio, está vetado por ser algo extraño y fuera de sí. En consecuencia, cambié mi apariencia a la de una mujer muda que solo prefiere escribir en anónimo; que viste letras que anhelan ser palabras para aquel amante que aparezca portando poesía.

Por las calles han dicho: «No llegará». Se mofan de que sigo aquí como en el muelle de San Blas; con la esperanza que llegarás. Aunque la psicología dice que esto es idealizar, te sigo vistiendo en mis escritos. Porque sé que solo es esta alma mía que anhela ser descargada en un romance perfecto. Un alma que espera con vehemencia tu llegada. ¡Es intenso lo que siento! Es difícil seguir esperando. Algunos pasean por el muelle pidiendo ser vistos, pero no me complacen como tú, mi amado. Ellos se visten de vacío.

No espero un príncipe, aunque te vestí como tal. Por eso dicen que escribo para alguien que no existe. Pero, amor, llega a callar estas voces. Ven a demostrar que el amor en esta era de dureza y apariencia aún existe. Haz que estos cuentos lleguen a ser verídicos, para que esta sociedad guarde silencio al ver nuestro amor. Así, amor, todos volverán a creer en el amor que existió en el inicio. Aquel que enfrenta a la violencia. 

Quizá llegues a encontrarme en el muelle o en el llano que visito andando en bicicleta. Mientras, seguiré vistiéndote de poesía y amándote en letras. Es mi fórmula para amarte ahora. Llegará el día en que ya no seremos anónimos. Aunque muera esperándote, sabré que viví con la certeza de que existe el amor. Si juntos no modelamos este amor, alguien lo hará en las siguientes generaciones, guardando lo que escribí para alguien que no existe. 

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