
Me duele quererte
a las diez de la noche,
cuando me inunda el deseo de que seas tú
quien me diga: «Buenas noches».
Me duele quererte
cuando necesito un abrazo
y tus brazos no están para mí.
Me duele quererte
cada vez que espero un mensaje
que me deseé buen día.
No está bien que me duela quererte.
Desde que te conocí
supe lo que querer significaba.
Lo peor es que me duela
a pesar de que no existes.
Lo único real aquí es el dolor.
Lo demás es solo necesidad.
Necesidad de tener a alguien a quien pueda querer.