Miedo

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Durante toda una semana intentaba pensar en algo para hablar. Creí que sería sencillo hacer esto, pero hoy, al estar frente a mi escritorio, he quedado en blanco. Ni siquiera tengo idea de cómo hacerlo. No sé qué es aquello que podría decir.

No sé si en realidad no tengo idea de qué decir o es el miedo que me da expresarme. ¿Por qué hay que tener miedo? Ese miedo que nos paraliza, que nos desafía día con día. ¿De cuántas cosas nos hemos perdido por miedo? ¿Cuántas veces no hemos hecho las cosas por miedo al qué dirán”? Si el miedo es algo terrible, el miedo al qué dirán” lo es tres veces peor. Es la sombra que nos acompaña todo el tiempo, que acecha todos los aspectos de nuestra vida; desde las decisiones más simples hasta las trascendentales.

¿Acaso no estamos cansados de tener esa preocupación constante de lo que los demás opinan de nosotros? ¿De escuchar una voz interna que nos advierte de las posibles críticas, juicios o rechazos que podríamos enfrentar si actuamos de cierta manera?

Este miedo se centra profundamente en la necesidad de sentirnos aceptados por la sociedad. Desde una edad temprana que aprendemos las expectativas de nuestra cultura y crecemos con la idea de que nuestro valor como individuos está vinculado a cómo nos ven los demás.

El qué dirán” puede mostrarse de diferentes maneras: desde la elección de la ropa que vestimos, hasta las carreras que elegimos seguir. Este miedo fantasma nos hace dudar de nuestras acciones, cuestionar nuestras creencias y sacrificar nuestra autenticidad en aras de la conformidad.

Sí, el miedo al qué dirán” también puede ser un poderoso motivador para la autoevaluación y el crecimiento personal, ya que, al reconocer nuestros propios temores y vulnerabilidades, podemos comenzar a desafiar las expectativas externas y a cultivar una mayor autoconfianza y autoaceptación. A través del proceso de desapegarse de la necesidad de aprobación externa podemos encontrar mayor libertad para vivir nuestras vidas de acuerdo con nuestros propios valores y pasiones. Pero ¿por qué es importante superar este miedo? Bueno, es importante superarlo porque abrimos la puerta a conexiones más auténticas y significativas con los demás. Al ser honestos y vulnerables sobre nuestras experiencias y sentimientos, podemos construir relaciones basadas en la confianza y la comprensión mutua, en lugar de la superficialidad y la falsedad.

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