
Quisiera ser la lluvia que riega tu huerto,
el sol que te quema y el viento que te despeina.
Quisiera ser tu compañera del alma,
que te lee y canta para conciliar el sueño.
Agua para adaptarme al medio,
y fuego para incendiar cualquier anhelo;
para iluminar las noches frías de un sinfín de inviernos.
Quiero ser bosque para bailar eternamente
al ritmo de la música natural,
en un mundo apartado del caos de la ciudad.
Mar, río, campo y estribillo.
Quisiera ser tantas cosas
para olvidar esta ausencia tan presente,
que anhela solo un “para siempre”
en esta realidad tan pasajera.
Vida
Se trata de un barco a la mitad del mar,
aferrado a esas aguas que lo llevaron a la deriva;
de un soñador
que no despierta ante los golpes de la realidad.
Que abraza sus errores,
pero no siempre aprende de ellos.
Se trata de un malabarista
del que todos ignoran su perfecta ejecución;
de una niña viviendo en soledad,
que cree en las almas gemelas.
Es alguien intentando explicar sus sentimientos,
tras la partida de quien prometió nunca marcharse.
La brevedad de una historia que presume ser de amor.
Un naufragio provocado al navegar sobre tus mares.
Se trata de nuestros últimos días.
En los que ojalá nos custodie la luz de la luna
y nos hipnotice el cantar de las sirenas.