
Esto es para ti:
¡Gracias por tantas cosas que hiciste por mí! Cuando te fuiste, lo único que quería era regresar el tiempo para cuidarte. Mostrarte el cariño que siento por ti. Pero partiste y jamás volverás. Eso rompió mi corazón.
Así es abuelito, pensé que serías eterno. Nunca me imaginé que llegaría el día que te marcharas sin decirme adiós; sin embargo, partiste de este mundo una fría tarde, y desde ese momento mi universo sufrió una ruptura de la cual no puedo reponerme. Y quizá nunca lo haga. Aún recuerdo muy bien ese abril. Te fuiste de mi lado y nada volverá a ser como antes.
Mi mamá una vez me dijo que yo era muy afortunada por tener el cariño de mi abuelo. Yo estaba orgullosa de que fuera bendecida de esa manera.
El primer recuerdo que tengo con mi abuelo es de él dándome dulces de los que vendía. Me decía: «Mi guapa, ¿no quieres un dulce? Agárralo». Muy gustosa siempre le decía: «Claro abuelito, gracias».
Una puerta se cerró en mi vida, llevándose con ella a mi abuelito. Cuando él murió muchas cosas pasaron por mi cabeza. Llegué llorando y dándole un abrazo. Me pregunté: «Si le doy un abrazo ¿revivirá?». Recuerdo que mi mamá me decía: «Él ya está en un lugar mucho mejor, sin dolor, sin preocupaciones». Yo le respondí: «Pero no está dándome cariño y un beso en la mejilla. Lo que quiero es que él esté aquí diciéndome “la guapa”».
Ahora, con 18 años, he comprendido todo lo que me dijo mi mamá esa noche. Ahora sé que te encuentras en el mejor lugar que existe, el cielo. Sé que estás ayudándome a alcanzar mis sueños. Ese sueño que desde pequeña he tenido, y que ahora no sé si podrá cumplirse; pero no pierdo las esperanzas de ser una gran doctora.
Gracias, abuelo, porque sé que continúas apoyándome y que jamás dejarás de hacerlo. Aunque no pueda verte físicamente, yo sé que nunca me dejarás sola.
Mi abuelito era un hombre de pocas palabras. Recibió el don especial de decir «Te quiero» con su mirada. Ahora tengo sentimientos encontrados, pues me hubiera gustado notarlo muchos años atrás para yo también decirle «Te quiero». Mi abuelo dijo muchas veces que me quería.
Todos estos recuerdos, aunque dolorosos, los guardo con el más grande amor y anhelo de volver a contárselos a mi abuelo cuando nos veamos de nuevo.
¡Te extraño demasiado, abue!