Entre el susurro del viento y el murmullo de los árboles, Irais se sumergía en el ritual de escribir cartas a su abuelo. Cada palabra era un hilo que tejía con nostalgia y amor, creando un tapiz de recuerdos que se extendía más allá del tiempo. Para ella, cada palabra era como un escalón hacia el cielo nocturno, un intento de alcanzar a alguien que tal vez ya no estaba allí.
Don Lalo, su abuelo, era el faro de sabiduría que iluminó su infancia en ese hermoso pueblo. Con sus cartas, Irais revivía los días dorados en que su abuelo le contaba historias bajo los árboles, las melodías que él entonaba con su guitarra, el aroma de las flores que impregnaba el aire y el ondulante sonido del río, llenando su corazón de paz.
Con el bolígrafo como varita mágica, Irais recorría las calles polvorientas del pueblo, describiendo detalladamente cada rincón que había sido testigo de su infancia. Las palabras cobraban vida en el papel, como si de un hechizo se tratara, y la transportaban a un mundo de añoranza y ternura.
Pero entre las líneas de amor y gratitud, también había espacio para la disculpa. Irais pedía perdón a su abuelo por no haber podido despedirse de él, por haberse marchado sin avisarle. Sin embargo, prometía mantener viva su memoria y sembrar en el corazón de sus hijos la misma semilla de valentía que él había plantado en ella.
Las cartas eran un lazo eterno que unía su presente con el pasado, un puente que conectaba su corazón con el de su abuelo en el más allá. Con cada página escrita, honraba su legado y aferraba su recuerdo a su existencia, convirtiendo las lágrimas en sonrisas y el dolor en amor.
Así, entre el cansancio y la melancolía, Irais continuaba escribiendo cartas a su abuelo, sabiendo que mientras las palabras fluyeran, él viviría eternamente en su corazón; la carta se convertía en un hechizo que le permitía retener el recuerdo de su abuelo en un rincón sagrado de su corazón. Con lágrimas y sonrisas, Irais le escribía a alguien que ya no habitaba en este mundo, pero que perduraba en la eternidad de sus palabras.