Me han contado que es un lugar al que solo llegas por casualidad. No hay caminos directos, solo atajos. Se dice que tienes que estar con el corazón herido para encontrarla y que una vez que la miras, te conviertes en una persona distinta. Misterioso, ¿verdad?
Cuentan aquellos afortunados que sanaron sus heridas, que la entrada puede estar en cualquier lugar: al final de un callejón sin salida o entre los árboles de un bosque; entre las calles de piedra de un pueblo o entre el asfalto de una ciudad.
La chocolatería del cajón de los recuerdos es atendida por una adorable ancianita que camina con pasos silenciosos como el viento. Al llegar te sirven una taza de chocolate caliente y espumoso que hace que recuerdes los mejores momentos de tu vida. Sí, escuchaste bien. Todos afirman que han sentido cómo los reconforta y une los pedazos de su alma al recordar, por ejemplo, el abrazo de un ser que extrañas. Al parecer, la bebida caliente provoca que las personas generen memorias sanadoras que las hacen encontrarse consigo mismas. Me gustaría dar con ese lugar. Tengo el corazón tan roto que no me queda otro remedio que llegar por inercia a ese sitio, ¿no crees?
¿Te ha pasado que sientes un gran peso en todo tu cuerpo que te impide respirar, que incluso las palabras de amor que recibes de los demás se perciben amortiguadas por el agua? Bueno, pues con un solo trago de bebida caliente en La chocolatería del cajón de los recuerdos puedes ver claramente los colores y escuchar perfectamente lo que dicen los otros. Además, las luces en aquel lugar se encuentran teñidas por un filtro de ensueño.
Quisiera encontrármela, porque creo que a veces me gustaría dar un paso atrás y sumergirme en la eterna oscuridad que representa este agudo dolor en el pecho. Creo que un trago de ese famoso chocolate me caería de maravilla en este preciso momento. Finalmente, cuando te encuentras con el corazón roto, buscas cualquier excusa para llenarlo. Yo necesito un trago de esa bebida para unir mi corazón. Pero ¿por qué nunca tengo lo que quiero?
La chocolatería del cajón de los recuerdos, la chocolatería de las tazas de recuerdos donde se beben memorias para olvidar lo que te causa dolor, el lugar donde la amable ancianita te recuerda lo que necesitas. Me cuentan que una chimenea está encendida en una esquina del recinto y entre las llamas de su apacible fuego, puedes ver cómo arde una parte de ti. ¿Te imaginas arder ahí?