Hace un tiempo escribía cartas para mis amigas, donde les demostraba mi cariño. Entonces yo era una niña que escribía pequeños textos que, aunque insignificantes, se los daba a las personas que quería mucho.
Conforme iba creciendo tenía menos amigas. Fue cuando comencé a describir a la que iba a ser mi mejor amiga. Era algo así:
“Para mi mejor amiga:
Esa mujer que no conozco, pero que estoy segura de que algún día conoceré; te voy a querer mucho y te apoyaré en todo. Soy un poco tímida, pero sé que contigo no será así, pues estaré para ti siempre.”
Desde muy niña expresé lo que sentía en papel y lápiz.
Pasó el tiempo y dejé de escribir. Ya que mis pocas amigas se alejaron de mí, pensé que mis cartas no eran buenas; hasta que conocí a una niña genial y enseguida se convirtió en mi mejor amiga.
Con ella descubrí la verdadera amistad. Nos conocimos cuando éramos muy niñas; pasamos momentos divertidos, pero también momentos tristes que hacían más fuerte nuestra amistad. Pasaron los años y al crecer nos hicimos más unidas; nos teníamos más confianza y nos contábamos todo. Estábamos con la persona correcta.
Una vez estábamos felices por ir a un viaje de la primaria. La estábamos pasando genial hasta que un maestro no tomó nada bien nuestras risas. Pensó que nos reíamos de él. Nos alejó del grupo y comenzó a regañarnos; quisimos explicar lo que pasaba, pero no funcionó y nos castigó. Ese día tan feliz resultó el más triste.
Al poco tiempo a mí me operaron, y no fue ni una sola de mis amigas a verme, solo ella, mi mejor amiga. Me puse feliz. Como no podía salir, aproveché para seguir escribiendo mis cartas para la amiga que ya había encontrado.
“Para ti, a quien ya conozco:
Solo quiero decirte que, cuando leas esto, te des cuenta de cuánto te quiero, y que mi vida no estaría completa sin ti. Espero poder darte el cariño que mereces.”
Al pasar del tiempo, mi amiga y yo seguimos muy unidas. Tuvimos nuestros problemas, pero siempre supimos arreglarlos. Ahí me percaté del parecido con quien había descrito antes.
Ella es Fátima, mi mejor amiga, la niña más linda que pude conocer. Estoy segura de que esta amistad durará toda la vida, porque es una conexión que pocos tienen. A esto le llamo la verdadera amistad.