Lo que realmente quiero que aprendas cuando te tenga

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Mamá y yo nos contamos cuentos en las noches para poder dormir. Ella dice que le da  miedo dormir sola y yo le digo que tengo miedo a la oscuridad. Hacemos un gran equipo cuando jugamos en internet, limpiamos la casa, cocinamos, vamos de compras, y bañamos al perro.

Me gusta hacer muchas cosas con ella, especialmente lavar las sábanas. Como mamá las coloca en una tina con agua, ambos metemos nuestros pies descalzos y aplastamos la tela. Es una técnica que aprendió viendo series. Pero, de todas las cosas que hacemos juntos, la favorita de mi mamá es cocinar. Siempre hacemos las recetas que aprendemos de los videos de internet.

Mi mamá me enseñó lo que debo decir cuando voy a una fiesta de cumpleaños o cuando fallece algún familiar cercano. Es difícil perder a alguien, pero ahora sé qué decir. También me dijo que, cuando mis amigos me inviten a su casa, debo llevar frutas como agradecimiento por haberme recibido; que debemos pensar antes de actuar y que, cuando se olvida, lo importante es pedir una disculpa y saber perdonar. Debo hacerlo por mí, así yo me sentiré bien. Pero aún no comprendo qué debo hacer en muchas otras situaciones.

Mi hijo y yo somos tan cercanos. Siempre le pido que me acompañe a hacer las cosas que quiero que aprenda; quiero que él pueda lograr muchas cosas sin mi ayuda. Aunque falta bastante para que crezca, me gusta que tenga muchos amigos y que disfrute de viajes que le dejen aprendizajes. Me gusta que aprenda a cocinar, aunque ahora solo sabe exprimir limones, endulzar jugos, batir huevos; me gusta verlo decorar su comida. Como mamá, deseo disfrutar más momentos a su lado. Trato de darle la mayor parte de mi tiempo para que disfrute de cada momento; incluso cuando se trata de hacer los deberes.

No, no me da miedo dormir sola; sin embargo, el sí tiene miedo a la oscuridad. Yo le digo que debemos superar nuestros miedos y empezamos a dormir por separado. Cada día, al despertar, conversamos sobre cómo al estar dormidos no sentimos miedo. Poco a poco estamos haciendo un gran trabajo.

Mi querido futuro hijo o hija, aunque ahora no existas, quiero que sepas que trataré de  ser una mamá que te entienda y apoye. Enseñar no es complicado. Quizá aprender sí lo sea, pero no tanto como aplicar lo que uno sabe. Fue difícil para mí y sé que será difícil para ti.

Él o ella deberá de aprender a su ritmo y a partir de sus experiencias.

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